Exposición y paisaje

David M

jueves, 19 de mayo de 2016

Muchas y muy sabrosas ideas fueron introducidas en el debate de la decimoprimera sesión. A todas ellas púsoles colofón la presentación del Grupo 3, en la que se llevaba al límite eso que de manera automática tendemos a entender como una exposición. Una exposición que no dé por sentado que ir a ver una exposición (ya comentaba algo sobre este asunto en esta entrada) es acudir a un lugar, hacer un determinado recorrido deteniéndose a contemplar determinados objetos, abandonar el lugar dando así por terminado el acto... Mientras el Grupo 3 desarrollaba sus ideas, que pasaban por el taller del artista, la caja negra interactiva y el telesilla del arte, me vino a la cabeza la imagen de un jardín. Un lugar al que se va y en el que los recorridos se realizan de manera más o menos libre, en función de la actividad que se quiera desarrollar o a la intuición o deseo de cada momento.

Naturalmente que un especialista o, simplemente, una persona lo suficientemente sensible o instruída, reconoce un discurso, una intencionalidad en el diseño de un jardín; pero para el común de los mortales, e incluso para aquellos mencionados antes cuando dejan de lado su actividad intelectual para abandonarse al "genio del lugar" —y de la ocasión—, la experiencia del jardín está relacionada con su uso: deambular, jugar, "desconectar"... e incluso contemplar, que no es otra cosa que hacer un uso visual del jardín.

Considerar el montaje de una exposición desde un punto de vista utilitario pero evitando todo condicionamiento.

¿Es posible diseñar una exposición en función de un uso espontáneo, no de la contemplación/intelectualización de las piezas expuestas?

Jardines de Hamarikyu, en Tokio. Fotografía de davedoid en Flickr

1 comentario :

  1. Hay muchos tipos de exposiciones de arte, no siempre han de ser intelectuales, las hay meramente estéticas -Belcher- donde el devenir, la contemplación evocadora, emotiva, la pura fruición, es el objetivo. El modo de mostrar la obra pone en valor sus aspectos más superficiales -en su acepción literal-de color, forma, textura, armonía de proporciones...éstas para mi son las que se parecen a la imagen que tu has traído de los jardines. No hay un modo correcto de verlas, no hay una lección que trasladar, es puro placer estético como lo es observar árboles, flores...deambular...
    En realidad cualquiera de las que propusimos ayer podrían ser estéticas -incluso la del estudio de artista- porque en ellas no solo cuenta el cómo sino quién y en qué momento las contempla. No se.

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