Antecedentes
De las primeras sesiones del Laboratorio se desprende que los grupos Uno, Cuatro y Seis manifiestan una coincidente intención de estudiar la percepción del espacio y la obra de arte desde un punto de vista que, en principio, se fundamenta en el análisis meramente fenomenológico, físico. Como aspectos relevantes dentro de sus respectivos trabajos pueden citarse:
- una metodología muy sólida para el análisis de la composición de la obra de arte
- investigación concienzuda sobre las obras de arte seleccionadas
- estudio intensivo del comportamiento del espectador en el espacio ante la obra de arte
- clasificación de los espacios en función del uso dinámico que el visitante hace de los mismos
- el proceso de asimilación de la obra de arte en el espacio y en el tiempo como una partitura, como un proceso integrador
- definición y categorización de los elementos —geométricos— del espacio y las obras
- intento de explicar, en su nivel más básico, la asimilación de la obra en función de los procesos de la percepción
- valoración coincidente y aceptación acerca de la validez de las leyes de la percepción más comunes (Gestalt)
- intento de desarrollar herramientas gráficas e informáticas tanto para explicar como para proponer soluciones concretas
La integración de la obra del arte y el espacio como un proceso secuencial
Más allá de las coincidencias en cuanto a métodos y procedimientos de trabajo, cada grupo ha centrado su atención en aspectos específicos que, simplificando bastante, pueden enumerarse como:
- la disposición de obra y —en el— espacio de manera lo más objetiva posible
- el comportamiento del espectador ante la obra
- las características compositivas de la obra
Así, de acuerdo a los diferentes ámbitos mencionados, se propone que cada uno de los grupos se centre en una de estas fases, de manera que, aún realizando un trabajo de investigación más amplio, las dudas o necesidades de información que pudieran aparecer y que caigan, mayormente, fuera de ella, se consulte o complemente con lo desarrollado por el grupo que la esté investigando.
Primera fase:
Asimilación del espacio y posicionamiento frente a la obra
La primera impresión acerca del espacio y la obra es fundamental, ya que a partir de ella el cerebro elabora hipótesis con las que se explica el conjunto espacio-obra, que ulteriores percepciones confirmarán o refutarán. A su nivel más básico, por debajo de cualquier elaboración intelectual, funcionan los sentidos, de manera automática, responsables, por ejemplo, de reconocer que en un muro hay algo distinto a él, que de él se separa y a lo que se dedica una atención diferenciada. O de reconocer y localizarse en un ámbito, diferenciado de otros, que queda definido por sus límites, su forma y su tamaño con respecto a la persona.
La disposición de obra y —en el— espacio de manera lo más objetiva posible, ha de permitir que el mensaje de aquella se presente sin interferencias o manipulaciones expositivas. Cuando estas aparezcan han de reforzar este mensaje.
Segunda fase:
Comprensión de las características compositivas de la obra
Pretender que la correcta percepción de una obra se resuelve sólamente mediante el análisis puramente geométrico de sus dimensiones y del espacio que la alberga es un esfuerzo vano. Las características compositivas de la obra forzosamente han de influir —creemos— y tenerse en cuenta a la hora de considerar las otras dos fases. A partir del estudio de su composición se derivarán reglas y relaciones, traducibles a elementos geométricos, que podrán combinarse con sus equivalentes espaciales.
Tercera fase:
Relación dinámica con la obra en el espacio. El movimiento del espectador
El proceso de percepción se desarrolla en el tiempo: éste juega pues un papel fundamental en la integración de la obra-en-el-espacio dentro de los procesos cognitivos.
La colocación de la obra, su composición y las características del espacio que la alberga influyen en el comportamiento del espectador ante la misma.
No hay comentarios :
Publicar un comentario