Límites físicos y virtuales
Aunque las exploraciones expuestas se han centrado principalmente en la percepción visual, un espacio puede quedar definido por percepciones propias de otros sentidos: por un sonido o sus propiedades acústicas, por una textura que, por ejemplo, se perciba al caminar, por un olor... Pueden incluso combinarse: pensemos en una sala cuyo pavimento emita un ligero ruido mientras se camina sobre él, al tiempo que cede ligeramente bajo nuestros pasos.
El color puede también condicionar la percepción espacial, tanto agrupando espacios de características geométricas dispares como diferenciando recintos diferentes dentro de otro inicialmente unitario.
Todos estos son límites físicos, en tanto se corresponden con características físicas —medibles, evaluables, repetibles. Pero además un espacio puede definirse en función de situaciones virtuales, como puede ser el uso que se hace del mismo. El ejemplo más claro puede ser la diferenciación dentro de un mismo recinto de un espacio de circulación respecto de otro estancial (fig 1).
Definición de un espacio a partir de los límites virtuales generados por su uso |
Como objeto físico que es, la obra define también unos ejes. Puestos éstos en relación con los ejes del espacio las propiedades de ambos, en cuanto a lo que a la percepción se refiere, se refuerzan (fig 3).
Cada pieza tiene sus propios ejes geométricos |
Colocación de una pieza ('Homenaje a Chagall', de Pablo Gargallo) en los ejes diagonales del espacio |
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